Journey

Sigo enganchado a los videojuegos. Lo reconozco. Desde los tiempos del Spectrum Sinclair hasta la PS4 actual, continuo disfrutando de esporádicos momentos de diversión delante de la pantalla. Evidentemente, por mucho que hayan evolucionado los ordenadores y las videoconsolas, la intensidad con la que vivo las aventuras ya no es la misma que en mis tiempos de chico.

Precisamente, hablando de estas cosas con mis compañeros de trabajo, hará cosa de un par de semanas que me topé con un post de Facebook que hablaba del gran Monkey Island. ¡Qué gratos recuerdos guardo de ese videojuego! Junto con Indiana Jones and The Fate of Atlantis el mejor de mi juventud. ¡Cuánto tiempo me habré pasado delante del ordenador con las rocambolescas aventuras de Guybrush Threepwood!

Ciertamente, desde aquellos tiempos, ningún otro juego ha conseguido tocarme la fibra. Hasta ayer. Más de veinticinco años después.

Ayer tuve la oportunidad de disfrutar con una obra maestra de la que no tenía conocimiento alguno.

Nunca me había dado por escribir nada relacionado sobre la industria del videojuego, pero es que hasta hoy nunca había sentido el impulso de hacerlo.

Os presento a Journey.

Journey nació en 2012 y han tenido que pasar cuatro años para que cayera en mis manos. Pero hubiera dado igual que hubieran sido cincuenta. Journey es un juego tan atemporal, que todo el mundo debería jugarlo al menos una vez en su vida. Independientemente de su edad.

¿Cómo explicar la experiencia de haberlo jugado? Muy difícil… Desde siempre, me entretiene leer las opiniones de la gente sobre casi todo. Desde las noticias del periódico, pasando por las críticas de las películas hasta, en este caso, los análisis de los videojuegos. Incontables legiones de fans han hablado ya sobre Journey y yo, desde aquí, me uno a ellos.

Journey no es que sea un juego precioso, que lo es. No es que tenga una de las mejores bandas sonoras que he escuchado nunca, que la tiene. Es que es mucho más que eso. Journey es la auténtica definición de experiencia vital. Como los juegos de niño, es uno que quedará marcado en mi memoria para siempre.

De todo lo que se ha escrito sobre este juego, coincido con la mayoría en que lo mejor es jugarlo desprovisto de toda idea de lo que va. Basta con saber el título: Journey. Un viaje. Tu viaje.

Créeme. En tu apretada agenda hazte con dos horas libres para poder disfrutarlo de principio a fin (es importante poder acabarlo en el mismo día). Pruébalo y no te arrepentirás.

Nota: para aquellos que disfruten del PSN de Sony, Journey está disponible gratis durante todo el mes de septiembre.



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