Uno de los pasajes que más me gustan de Off sucede cuando dos de sus protagonistas (sin desvelar nombres, ni ubicaciones) conversan distraídamente sobre las Estrellas y el Espacio en general. Desde muy pequeño me he sentido fascinado por el Espacio y los secretos que encierra.
No soy muy original, lo sé. A lo largo de la historia de la humanidad, infinidad de hombres y mujeres como yo, se han sentido fascinados por lo mismo. Cotidiana originalidad…
Cuentan que, al mirar al cielo en una noche limpia y oscura, las estrellas nos devuelven el pasado. Esa frase es tan poderosa, que aún hoy me sigo sorprendiendo por su significado.
Por caprichos de la física, la luz viaja a una velocidad definida y constante, que ya podría ser otra, pero, a saber por qué, algo o alguien la fijó en 300.000 km/s (segundo arriba, segundo abajo, no nos vayamos a poner pejigueros). El espacio es tan escandalosamente grande, tan inmenso, que hasta la luz se toma su tiempo en viajar por ahí.
No tiene prisa ni se cansa, se limita a ir de un lado a otro, deambulando, a la espera de que alguien como nosotros, provistos de dos fantásticos artilugios receptores, descifremos sus secretos.
La luz de las estrellas nos cuenta el pasado porque sencillamente ha tardado mucho en llegar hasta nuestros ojos. En estos días en que el verano nos deja, empieza a predominar en el cielo nocturno una de las estrellas más bonitas que se pueden observar (mi preferida, por cierto): Sirio. Sirio es la estrella más brillante del hemisferio norte (por su magnitud aparente). Esta estrella está, aproximadamente, a unos 8 años luz de distancia. ¡Ojo, los años luz miden distancias no tiempo!. Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año, fácil de recordar, ¿no?. Pues bien, eso quiere decir que, cuando alcemos la vista esta noche (o bien tempranito si, como yo, os levantáis a trabajar) y localicéis Sirio (que está un poco más abajo de la constelación de Orión: el Cazador), lo que veréis será lo que aconteció allí hará unos 8 años. O sea, en 2007, según las crónicas lcoales de Sirio:
«Extra, extra, hoy, 21 de septiembre de 2007, aquí en Sirio, han tenido lugar cientos de miles de reacciones nucleares, que han liberado una cantidad ingente de energía en forma de luz. Millones de aguerridos fotones han emigrado satisfechos en busca de los confines del espacio profundo»
Lo que tú verás hoy, 21 de septiembre de 2015, será precisamente a aquellos fotones, aquella crónica espacial.
Si, por azares del destino, Sirio dejara hoy mismo de existir, si la Estrella de la Muerte de La Guerra de las Galaxias la destrozara de un plumazo con su rayo, ¡nosotros nos enteraríamos 8 años después!. O sea, hasta 2023 absolutamente nadie en la Tierra sería capaz de asegurar si Sirio sigue en su sitio o no. Simplemente, hasta entonces, seguiremos viéndola brillar imperturbable en el firmamento.
Pensad en ello. Es algo realmente sorprendente. Si las personas tuviéramos esa capacidad… Si, tiempo después de marcharnos de este mundo, pudiéramos seguir brillando…
Algunos, afortunadamente, lo consiguen.
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