El método Kaizen o por qué es importante mejorar cada día

La primera vez que me enfrenté a una página en blanco, allá por el año 2013, no sabía de qué manera sería capaz de escribir un libro. Me parecía una obra tan monumental, que me daba vértigo de solo pensarlo. Hoy, dos años después, Off es una realidad de, aproximadamente, 190.000 palabras. Esas son muchas palabras puestas una detrás de la otra. En fila llegarían… llegarían… no sé dónde llegarían, ¡cómo os gustan las analogías absurdas!

El caso es que, como cualquier episodio importante en la vida, hay que tomárselo con calma. No se puede pretender escribir 190.000 palabras del tirón. Al igual que no se puede ser un as en el trabajo el primer día, o saberlo todo acerca de los niños nada más salir del hospital. El que pretenda una cosa u otra, probablemente acabe fracasando. Y aquí es donde entra el método Kaizen.Kaizen

Como toda buena palabra japonesa, el simple hecho de denominar al método como Kaizen, lo envuelve en una aureola de prestigio y misticismo.

—Oiga, ¿y esto es bueno?

—¡Ah! Pues no sé, es japones…

—¡No me diga! ¡Entonces póngame tres!

Kaizen significa ‘cambio a mejor’ y es una filosofía (no sólo japonesa, sino universal) en la que pequeñas mejoras diarias nos llevan a alcanzar el perfeccionamiento general. Por decirlo de manera castellana:

Hoy mejor que ayer, pero menos que mañana

¿Cómo se aplica?

En mi caso particular, a la hora de abordar la tarea de escribir Off, de manera muy sencilla: escribiendo todos y cada uno de los días, aunque fuera una única palabra (vale, de acuerdo, algún día me saltaría… no se puede estar en todo). El caso es ser constante en el empeño. Da igual que un día se esté especialmente inspirado y salgan 1.000 palabras, da igual que al siguiente no se llegue ni a las 10. Al método eso le trae sin cuidado. Lo importante es la constancia. La pequeña mejora diaria…

Es mucho más fácil pensar: «hoy sólo tengo que escribir 10 palabras», que pensar: «buff, todavía voy por el capítulo 2 y aún me faltan otros 15 para acabar». El pensamiento positivo reforzará tus ganas de seguir día a día, sin pensar en el objetivo final, sólo en la siguiente etapa, pequeña y asumible.

Una gota que cae, a lo largo del tiempo, se convierte en un océano. Y si no que se lo digan a Justo Gallego.



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